Texto Base: Isaías 38:1
“En aquellos días Ezequías enfermó de muerte; y vino a él Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.”
Introducción
En Isaías 38:1, Dios confronta al rey Ezequías con una orden clara: “Ordena tu casa.” Aunque este mandato fue dado en el contexto de una enfermedad que amenazaba su vida, el mensaje tiene un significado más amplio y profundo. No se trata únicamente de poner en orden las cosas materiales, sino también de ordenar nuestras vidas espirituales, nuestras relaciones y nuestras prioridades conforme a la voluntad de Dios. Este llamado es tan relevante hoy como lo fue en tiempos de Ezequías, y es una invitación a reflexionar sobre el estado de nuestras vidas y hogares.
Este bosquejo tiene como propósito explorar qué significa ordenar nuestra casa, los pasos necesarios para hacerlo y los beneficios de vivir en un hogar y una vida que reflejan el propósito divino.
I. Contexto del Mandato “Ordena tu Casa”
A. La situación del rey Ezequías
- Una enfermedad mortal
- Ezequías enfrentaba una situación desesperada: su vida estaba en peligro, y el mensaje de Dios parecía definitivo.
- Isaías 38:1: “Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.”
- Un llamado urgente
- El mandato no era simplemente una advertencia, sino un llamado a la introspección y al arrepentimiento.
B. El propósito de Dios en este llamado
- Reflexionar sobre lo temporal y lo eterno
- Dios quería que Ezequías reconociera la importancia de vivir en obediencia y estar preparado para lo eterno.
- Salmo 90:12: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.”
- Una oportunidad de transformación
- Aunque parecía un mensaje de juicio, este mandato era también una oportunidad para que Ezequías pusiera su vida en orden.
- 2 Pedro 3:9: “El Señor… es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca.”
II. ¿Qué Significa Ordenar Nuestra Casa?
A. Ordenar nuestro corazón
- Confesar y abandonar el pecado
- La limpieza espiritual comienza con la confesión y el arrepentimiento.
- Proverbios 28:13: “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”
- Priorizar nuestra relación con Dios
- Dios debe ocupar el primer lugar en nuestro corazón y nuestras vidas.
- Salmo 51:10: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.”
B. Ordenar nuestras prioridades
- Dios en primer lugar
- Nuestras prioridades reflejan lo que verdaderamente valoramos. ¿Está Dios en el centro de nuestra vida?
- Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia.”
- Lo eterno sobre lo temporal
- Debemos invertir nuestras energías en lo que tiene valor eterno.
- Colosenses 3:2: “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.”
C. Ordenar nuestras relaciones familiares
- Restaurar relaciones rotas
- El hogar debe ser un lugar de amor, respeto y reconciliación.
- Efesios 4:32: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros.”
- Cumplir nuestro rol en la familia
- Cada miembro de la familia tiene un rol según el diseño de Dios.
- Efesios 5:25: “Maridos, amad a vuestras mujeres.”
- Efesios 6:1: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres.”
D. Ordenar nuestra vida espiritual
- Tiempo para la oración y la comunión
- Debemos dedicar tiempo diario a hablar con Dios y meditar en Su Palabra.
- Josué 1:8: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley.”
- Fidelidad en el servicio
- Nuestra vida debe reflejar el amor y la fidelidad a Dios.
- Hebreos 10:25: “No dejando de congregarnos.”
III. Pasos para Ordenar Nuestra Casa
A. Reconocer la necesidad de cambio
- Examen personal
- Debemos permitir que Dios examine nuestro corazón y nos revele las áreas que necesitan cambio.
- Salmo 139:23-24: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón.”
- Aceptar la corrección de Dios
- Dios nos corrige porque nos ama y desea que vivamos en Su voluntad.
- Hebreos 12:6: “Porque el Señor al que ama, disciplina.”
B. Restaurar el altar familiar
- Oración en familia
- La oración en familia fortalece los lazos y nos conecta con Dios.
- Mateo 18:20: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
- Enseñar la Palabra en el hogar
- Los padres tienen la responsabilidad de enseñar la Biblia a sus hijos.
- Deuteronomio 6:6-7: “Y estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos.”
C. Establecer prioridades claras
- Dedicar tiempo a lo más importante
- Debemos asegurarnos de que nuestras actividades reflejen las prioridades correctas.
- Efesios 5:15-16: “Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.”
- Servir como ejemplo
- Nuestra vida debe ser un reflejo del orden y la paz de Dios.
- 1 Corintios 11:1: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.”
D. Perseverar en la obediencia
- Disciplina constante
- Mantener el orden en nuestra vida requiere esfuerzo diario y compromiso.
- 1 Corintios 9:27: “Golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre.”
- Depender del Espíritu Santo
- Solo con la ayuda del Espíritu Santo podemos mantener nuestra casa en orden.
- Gálatas 5:16: “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.”
IV. Los Beneficios de Ordenar Nuestra Casa
A. Paz en el hogar
- Armonía familiar
- Cuando Dios ocupa el primer lugar, la paz reina en nuestro hogar.
- Isaías 32:18: “Mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras.”
- Solución a los conflictos
- Un hogar ordenado según la voluntad de Dios encuentra solución a los problemas familiares.
- Colosenses 3:13: “Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros.”
B. Bendiciones espirituales
- Crecimiento personal
- Ordenar nuestra casa nos acerca más a Dios y fortalece nuestra relación con Él.
- Salmo 1:3: “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas.”
- Impacto positivo en otros
- Un hogar ordenado es un testimonio vivo de la obra de Dios en nuestras vidas.
- Mateo 5:16: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres.”
C. Preparación para la eternidad
- Vivir con propósito
- Ordenar nuestra casa nos ayuda a enfocarnos en lo que realmente importa.
- Filipenses 3:14: “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
- Estar listos para encontrarnos con Dios
- Al igual que Ezequías, debemos vivir preparados para el día en que nos presentemos ante Dios.
- 2 Corintios 5:10: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo.”
Conclusión
El mandato de “Ordena tu casa” no solo fue para el rey Ezequías, sino que es un llamado para todos nosotros. Dios nos invita a examinar nuestras vidas, ordenar nuestras prioridades y vivir en obediencia a Su voluntad. Este proceso comienza en nuestro corazón, se extiende a nuestras familias y afecta cada aspecto de nuestra vida.
Invitación final:
Hoy, Dios te dice: “Ordena tu casa.” No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Reflexiona sobre tu vida, rinde tus cargas a Dios y permite que Él transforme tu hogar en un lugar donde Su paz, amor y presencia sean evidentes. Isaías 38:1: “Ordena tu casa.” ¡Comienza ahora y experimenta las bendiciones de un hogar y una vida en el propósito de Dios!