Texto Base: Lucas 17:11-19
“Y aconteció que, yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que, mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.”
Introducción
El relato de los diez leprosos nos presenta una poderosa lección sobre la gratitud, la fe y el reconocimiento de la obra de Dios en nuestras vidas. Diez hombres, marginados por la sociedad debido a su enfermedad, clamaron a Jesús por ayuda. Todos fueron sanados, pero solo uno regresó para dar gracias. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra actitud hacia las bendiciones de Dios y a considerar cómo respondemos ante Su gracia.
I. El encuentro con Jesús (Lucas 17:11-13)
A. La condición desesperada de los leprosos
- El sufrimiento físico y social
- La lepra no solo afectaba el cuerpo, sino que también aislaba a las personas de la sociedad y del templo.
- Levítico 13:45-46: “El leproso… llevará rotos sus vestidos, y gritará: ¡Inmundo, inmundo! Habitará solo; fuera del campamento será su morada.”
- Una vida marcada por el rechazo
- Estos hombres vivían en una comunidad separada, alejados de sus familias y sin esperanza de restauración.
B. Clamaron a Jesús
- Reconociendo su necesidad
- Aunque estaban lejos, alzaron la voz con humildad, sabiendo que solo Jesús podía ayudarlos.
- Salmo 34:17: “Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias.”
- Un clamor de fe
- Llamaron a Jesús “Maestro”, reconociendo Su autoridad y poder.
- Hebreos 11:6: “Es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
II. La respuesta de Jesús (Lucas 17:14)
A. Una orden inesperada
- Ir a los sacerdotes
- Según la ley mosaica, los sacerdotes eran los encargados de declarar a alguien limpio de lepra.
- Levítico 14:2-3: “Ésta será la ley para el leproso cuando se limpiare… será traído al sacerdote.”
- Obediencia antes de la sanidad
- Jesús no los sanó inmediatamente, sino que pidió que actuaran en fe.
- 2 Corintios 5:7: “Porque por fe andamos, no por vista.”
B. La sanidad mientras obedecían
- Un milagro en el camino
- Los leprosos fueron sanados mientras obedecían la palabra de Jesús.
- Juan 11:40: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”
- La importancia de la fe activa
- La fe verdadera se demuestra en acciones, incluso cuando no vemos resultados inmediatos.
- Santiago 2:17: “La fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”
III. La gratitud del samaritano (Lucas 17:15-16)
A. El regreso de uno
- Reconocer la fuente del milagro
- Solo uno de los diez regresó para dar gracias, mostrando gratitud genuina.
- Salmo 103:2: “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.”
- La humildad de un corazón agradecido
- Se postró a los pies de Jesús, reconociéndolo no solo como sanador, sino como Señor.
- Filipenses 2:10-11: “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla.”
B. La glorificación de Dios
- Dar gloria a Dios
- El samaritano alabó a Dios en alta voz, testificando de Su poder y misericordia.
- Salmo 50:23: “El que sacrifica alabanza me honrará.”
- La gratitud como testimonio
- Su acción fue una proclamación pública del poder de Dios.
- 1 Tesalonicenses 5:18: “Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
IV. La pregunta de Jesús (Lucas 17:17-18)
A. ¿Dónde están los otros nueve?
- La falta de gratitud
- Jesús mostró asombro por la ingratitud de los otros nueve que no regresaron.
- Romanos 1:21: “Habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias.”
- El peligro de tomar las bendiciones por sentado
- Los nueve aceptaron la sanidad, pero no reconocieron la necesidad de glorificar a Dios.
- Deuteronomio 8:11-14: “Cuida de no olvidarte de Jehová tu Dios.”
B. El extranjero agradecido
- La inclusión del samaritano
- Este hombre, considerado extranjero por los judíos, mostró más fe y gratitud que los demás.
- Juan 4:9: “Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.”
- Un ejemplo de fe genuina
- Su gratitud y fe lo distinguieron, mostrando que el corazón importa más que el trasfondo cultural.
- Romanos 2:29: “La circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra.”
V. La declaración final de Jesús (Lucas 17:19)
A. “Tu fe te ha salvado”
- Más que una sanidad física
- Mientras los otros nueve recibieron sanidad externa, el samaritano experimentó salvación interna.
- Efesios 2:8: “Por gracia sois salvos por medio de la fe.”
- El poder de la fe agradecida
- Su fe y gratitud lo llevaron a recibir algo mucho mayor que la sanidad: la salvación.
- Hebreos 11:6: “Sin fe es imposible agradar a Dios.”
B. El propósito de los milagros
- Apuntar a Cristo como el Salvador
- Los milagros no son solo actos de misericordia, sino señales que apuntan a Jesús como el Hijo de Dios.
- Juan 20:31: “Estas cosas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios.”
- La transformación de vidas
- El mayor milagro no es la sanidad física, sino la restauración de una relación con Dios.
- 2 Corintios 5:18-19: “Nos reconcilió consigo mismo por Cristo.”
VI. Aplicaciones prácticas del relato de los diez leprosos
A. Reconocer nuestra necesidad de Jesús
- Todos somos espiritualmente “leprosos”
- Así como los leprosos necesitaban sanidad, todos necesitamos ser limpiados de nuestro pecado.
- Romanos 3:23: “Por cuanto todos pecaron.”
- Clamar a Dios con fe
- Debemos buscar a Jesús con un corazón humilde y confiado.
- Jeremías 33:3: “Clama a mí, y yo te responderé.”
B. Obedecer a Dios incluso cuando no entendemos
- Fe en acción
- Como los leprosos, debemos obedecer la palabra de Dios, confiando en Su plan.
- Proverbios 3:5-6: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.”
- Actuar en obediencia antes de ver resultados
- La
fe requiere pasos de obediencia, aunque no veamos la respuesta de inmediato.
- Hebreos 11:1: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera.”
C. Ser agradecidos con Dios
- Cultivar un corazón agradecido
- La gratitud nos ayuda a reconocer la obra de Dios en nuestras vidas.
- Colosenses 3:15: “Y sed agradecidos.”
- Dar gloria a Dios en todo
- Cada bendición que recibimos debe llevarnos a glorificar Su nombre.
- Salmo 107:1: “Alabad a Jehová, porque él es bueno.”
D. Compartir nuestro testimonio
- Ser testigos de Su gracia
- Como el samaritano, debemos proclamar lo que Dios ha hecho por nosotros.
- Marcos 5:19: “Ve a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas ha hecho el Señor contigo.”
- Inspirar a otros a buscar a Dios
- Nuestro testimonio puede llevar a otros a encontrar a Cristo como Salvador.
- Mateo 5:16: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres.”
Conclusión
El relato de los diez leprosos nos enseña sobre la importancia de la fe, la obediencia y la gratitud. Dios no solo desea sanar nuestras enfermedades físicas, sino también restaurar nuestra relación con Él y darnos salvación. Hoy, como el samaritano, volvamos a Jesús con un corazón agradecido y rindámosle toda la gloria.
Invitación final:
¿Has reconocido las bendiciones de Dios en tu vida? Hoy es el momento de regresar a Jesús con gratitud y fe. Como el samaritano, glorifica a Dios por lo que ha hecho en tu vida y permite que Su luz brille a través de ti. ¡Glorifiquemos juntos al Señor por Su poder, misericordia y amor eterno!